Novena a la Sangre de Cristo para Ocasiones Difíciles

La Novena a la Sangre de Cristo es una de las más rezadas en el mundo para pedir por las necesidades personales o familiares que se tengan en lo económico, laboral, salud y otras urgencias. Aquí te decimos paso a paso cómo hacerla para que obtengas la protección que tanto buscas.

NOVENA A LA SANGRE DE CRISTO

Novena a la Sangre de Cristo

Sabes que las novenas se hacen para solicitar algún favor al Omnipresente y demás seres espirituales como, los santos y los ángeles. La misma se realiza en nueve días y en un mismo horario, elevando unas oraciones iniciales, para luego rezar la oración para el día correspondiente y por último ofrecer unas plegarias finales.

Especialmente, para realizar esta poderosa Novena a la Sangre de Cristo, es importante realizar primero otras oraciones que forman parte de la preparación espiritual que necesitas, las cuales te enseñamos a continuación:

Oración de Perdón

La primera oración que debe de realizar todo fiel devoto católico es una donde demuestre el más sincero y profundo arrepentimiento por los actos cometidos en contra de los mandamientos y doctrinas dejado por el Señor Todopoderoso, por la Iglesia, y por supuesto, nuestro gran Mesías. De tal manera que, a continuación, enseñaremos unas hermosas palabras para solicitar el perdón de cualquier mal que nos sentimos arrepentidos de todo corazón:

Con mucha humildad dedico esta Novena a la Sangre de Cristo, rogando al Señor que limpie todos mis pecados a partir de este momento, a través de esta hermosa y maravillosa sangre que se ha derramado en toda la Cruz como un signo de nuestro perdón por los pecados cometidos.

Quiero llevar una vida de fe con la convicción de servir al Señor, hasta que pueda llegar a él, tal como lo hice con el sacramento del bautismo y teniendo en cuenta lo que dicen las sagradas escrituras en el evangelio (1 Juan 1,7), con respecto a que “Si todos vivimos en la claridad, así como Dios está en la luz, estaremos toda una vida unidos por la Sangre de Cristo, quien vino al mundo para purificarlo del pecado”.

NOVENA A LA SANGRE DE CRISTO

La Sangre de Cristo me purifica todo el tiempo y hoy reconozco que soy mala persona que ha roto los mandamientos y los sacramentos impuestos por el Omnipresente. Séllame con tu sangre, hasta que todo el mal y el peligro orquestados por mis enemigos se eliminen de mí. Gracias, Señor, por esta sangre liberadora. Amén.

Alabanzas

En general, las alabanzas son el resultado de hacer declaraciones positivas sobre alguien importante o de gran renombre. En el contexto religioso, son una parte integral de la liturgia, tanto como una expresión interna como externa, y pueden tomar diferentes formas, como música, afirmación, danza, pensamiento, entre otros.

Por lo tanto, las siguientes alabanzas hacia la Sangre de Cristo son una forma de expresar la gratitud por sus dones, tanto materiales como espirituales. Por ello, sólo él y su padre son los únicos dignos de alabanzas. Recuerde que no importa el modo que las recites, aunque sean cantadas, lo indispensable es realizarlas para hacer exitosa la presente Novena a la Sangre de Cristo. A continuación, los elogios:

  • Jesús, quien fue nuestro gran redentor. Graciada sea tu maravillosa sangre.
  • Tú, que diste tu sangre para salvarnos del mal. Alabada sea tu bella sangre.
  • Jesús, cuya sangre nos ha permitido estar cerca del Omnipresente. Justa sea tu hermosa sangre.
  • Cristo, con tu sangre juntas a todos tus fieles devotos. Venerable sea tu bella sangre.
  • Jesús, cuya sangre ha servido para remover todos los males. Santa sea tu linda sangre.
  • Cristo, que queremos disfrutar de todas las oportunidades que ofrece el reino de tu padre. Elogiada sea tu hermosa sangre.
  • Jesús, con tu sangre alcanzamos la fuerza para superar los obstáculos de la vida. Justa sea tu bella sangre.
  • Cristo, que tu sangre siempre está presente en la misa. Alabada sea tu maravillosa sangre.
  • Jesús, con tu sangre nos abres el camino para alcanzar la eternidad. Ejemplar sea tu bella sangre.
  • Cristo, que tu sangre nos abriga para protegernos de los males. Elogiada sea tu linda sangre.
  • Jesús, con tu sangre inspiramos esta plegaria de nueve días. Alabada sea tu hermosa sangre.

NOVENA A LA SANGRE DE CRISTO

Oración dedicada a la Virgen María

Como informa la Sagrada Escritura, hace dos mil años, sucedió algo extraordinario: una mujer humilde, de origen judío y llamada María, recibió un anuncio del ángel Gabriel, que había sido enviado por Dios. El ángel le dijo que tendría un hijo y que se llamaría Jesús, que a su vez era un hijo de Dios.

Por tal motivo, las siguientes palabras no es más que una plegaria a la madre de nuestro señor Jesucristo, rogando por su compañía al hacer esta novena a la sangre brotada por su amado hijo, que en medio del inmenso dolor que la embargó, lo pudo soportar por mandato divino, para obtener el perdón de los pecados de la humanidad.

Oh virgen amada, que viviste el dolor de ver morir a tu hijo y de cómo brotaba su sangre bendita en la cruz para el perdón de mis pecados, te pido que participes en esta increíble novena a la Sangre de Cristo a pedido de protección y amor de Jesús bendecido.

Por esa sangre, derramada por todo el cuerpo del Mesías y diluida en sus manos y pies maltratados, pido la renovación de mis promesas bautismales para escapar de todas las tentaciones diabólicas. Virgen misericordiosa, te pido que atiendas a esta novena de la Sangre de Cristo, para que sirva de sello de cada uno de tus fieles en el perdón de los pecados.

La sangre que fluyó del cuerpo de nuestro Señor es una muestra de arrepentimiento por nuestras faltas. Por tu dolorosa pasión, ten compasión de los fieles creyentes y de los que están alejados de la iglesia. Cuida y protege a todos los sacerdotes, laicos, obispos y al Sumo Pontífice, para que continúen defendiendo los intereses de nuestra querida Santa Iglesia. Amén.

Oración de la Sangre de Cristo

Con esta muestra de fe oramos por nuestros seres queridos, por los bienes materiales que nos permiten cubrir nuestras necesidades, así como los sitios donde nos desenvolvemos y las personas con las que nos relacionamos todos los días de nuestras vidas, ya que deseamos estar protegidos por esa inmensa demostración de amor y enseñanza de Jesucristo.

Con la Sangre de Cristo sellamos con la máxima protección a todas las personas que invocan esta importante oración. Cuando el adversario intenta hacer daño, oh Señor, cubre nuestro cuerpo con el fluido sagrado para que no nos pase nada malo.

Con el poder de la Sangre de Cristo, sellamos todo el mal que rodea el medio ambiente a través del aire, el agua, el fuego y la tierra. Que el abismo del infierno no nos alcance, porque en el cielo queremos ser abrazados, cerca, muy cerca del Supremo, para contemplar su trono en compañía de sus ángeles inseparables.

Con el poder de la Sangre de Cristo, evitamos que el mal esté presente en nuestros corazones a toda costa. También rezamos para que la presencia de María, la virgen, llegue a cada lugar para adornar nuestros hogares y negocios con su luz infinita, en compañía de Miguel, Rafael y Gabriel, como sus guardianes más confiables. Permítenos, madre mía, como lo hiciste con Cristo al nacer, sentir tu amor maternal en tiempos difíciles.

La Sangre de Cristo tiene poder y, con ella, queremos cubrir nuestro hogar, para que el mal no pueda atravesar la puerta. Protegemos a todos los integrantes de la familia (nombrar a cada uno) y a las personas que enviará el Señor. Así como los alimentos, salud y amor que proporciona el Todopoderoso para nuestro sustento y en fe colocamos un círculo de su sangre alrededor de toda nuestra familia.

NOVENA A LA SANGRE DE CRISTO

Con el poder de la Sangre de Cristo, imploramos la protección de todos los lugares e instituciones en los que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Proporciona prosperidad para todos los días, para cumplir con todos los deberes en el trabajo o la escuela. Para que las empresas y organismos (mencionarlos) laboren en todo momento para el bienestar de todos.

Te damos gracias Señor por tu sangre y tu vida, porque gracias a ellos hemos sido librados y amparados de todo mal. Amén.

Rito de Sellamiento

Este ritual de sellado sirve para protegernos de las fuerzas del mal y los ataques que podemos recibir de ellos. Por otro lado, nos limpia de negatividades que transmutan energías, llamando a nuestras vidas buena suerte. De tal manera que, pidiendo a la sangre derramada de Cristo, selle todo lo que es importante en nuestras vidas a través de las siguientes palabras:

Yo (digo el nombre completo) me declaro como tu seguidor más fiel. Me entrego a tu majestuosa presencia para contemplar la sangre que está en tu rostro sagrado. Me ato a ti, para que siempre se haga tu voluntad. Te abro mi corazón para que lo llenes de amor y misericordia por mis otros hermanos.

NOVENA A LA SANGRE DE CRISTO

En el nombre de Jesucristo, sello que su sangre siempre será mi escudo protector para detener todas las malas acciones que cada uno de mis enemigos está intentando contra mí.

Sello mi corazón para que esta novena a la Sangre de Cristo pueda purificarlo de muchos sentimientos contrarios como el odio o el resentimiento que pueda sentir por las personas que me han hecho mucho daño. También hago un sellamiento sobre mis bienes físicos y espirituales, para que todo permanezca estable en mi vida.

Yo (repito el nombre) desde este momento resguardo mi ser con la poderosa Sangre de Cristo. De ahora en adelante, mi voluntad le pertenece, porque su líquido rojizo es el vínculo que me mantendrá conectado a él para siempre.

Oh dulce Virgen María, purifica mi interior con esta sangre majestuosa, sangre derramada por tu hijo por el bien de los hombres. También pongo un sello con su sangre sobre mis hermanos e hijos (menciona sus nombres), para que no sean tentados por las fuerzas malignas en su afán de dañarlos. Amén.

Baño de Sangre

Otra de las oraciones que se debe realizar antes de comenzar con las palabras de cualquier día de la novena, es el llamado rezo de baño de sangre, cuyo nombre no significa algo malo, al contrario, es muy bueno. A través de las siguientes palabras, solicitaremos a Cristo, nuestro Mesías, que nos cubra espiritualmente con su sangre divina para purificar cada una de nuestras almas mortales y con ello, llegar alcanzar la paz que tanto merecemos.

Oh fiel y misericordioso Jesucristo, que padeciste terribles humillaciones con la lanza que perforaron tu cuerpo en la cruz. Suplicamos que tu sangre purificadora haga posible eliminar todos los pecados que destruyen el alma. Con este baño me declaro tu fiel seguidor, hasta exaltar tu maravillosa sangre, que ha salvado a las naciones de la culpa eterna. Que se cumplan las peticiones realizadas en esta Novena a la Sangre de Cristo (explique en detalle los favores que se requieren con mucha fe). Amén.

Oración Dedicada a Jesús

Otra oración preparatoria que debemos realizar antes de iniciar con la correspondiente lectura del día de la novena que nos encontremos, es aquella que va dirigida al gran y poderoso Mesías, quien gracias a su importante sacrificio curó de todo el mal en el mundo aquel día que fue subido en la cruz y derramó su sangre sobre todos sus fieles. Por lo tanto, con toda humildad y pasión, le invitamos a recitar las siguientes hermosas palabras:

Señor Jesús, quien dio su vida por nosotros en la cruz, reitero mi sincero amor por ti ante por tu acto de sacrificio. También te ruego que me permitas ser tu fiel devoto fiel y recibir tu sangre hasta completar mi sellamiento. Que tu hermosa sangre se encargue de apagar la llama del odio, saciar la sed, dar coraje, disipar los miedos, limpiar los pecados y patrocinar la vida eterna.

Jesús misericordioso, eres alabado por esa sangre que nos libró de los pecados. Amén.

Oración Victoriosa

Para terminar con las oraciones preparatorias de esta novena, se debe realizar la mención de la poderosa oración de la victoria o victoriosa, la cual aclamamos el gran poder que sostiene el hijo de Dios en su sangre purificadora, además de reconocer también la enorme influencia que tuvo su madre durante su vida.

Señor, establece, con el poder de tu sangre redimible, un muro de defensa a mi alrededor, un muro entre el mal, y que el poder de tu sangre cubra incluso la brecha más pequeña donde el demonio quiera colarse. Te encomiendo Señor, la lucha diaria contra los espíritus malignos.

Virgen María, coloca tu manto divino sobre mí e intercede para que el Espíritu Santo esté presente en mi vida (menciona a otras personas de tu interés), para que pueda ver la verdad y quitar el mal en mi existencia.

Padre, queremos proclamar el poder de la sangre redentora de Cristo sobre nosotros, para que caiga como un poderoso torrente que pisa, aplasta, aniquila y ahuyenta para siempre las fuerzas del mal que nos rodean. Que tu hermosa sangre, Señor, sea hoy y siempre nuestro escudo contra las fuerzas del mal que, como un león rugiente, busca devorarnos; que sepa resistir con firmeza en la fe. Amén.

Una vez que hayan culminado cada una de las oraciones preparatorias que anteriormente enseñamos, solo queda recitar las palabras o lecturas correspondientes a cada día de la novena en que nos encontremos. Recuerde que los mismos rezos deben ser repetidos sin excusa u olvido, ya que si no lo hacemos, debemos iniciar de nuevo la novena desde el principio.

Día Primero

El primer paso para obtener nuestra victoria es que aceptamos la obra redentora de nuestro Señor Mesías. En las sagradas escrituras, él ya dice que tenemos su salvación a través de la sangre y con ella, el perdón de los males. Por tal motivo, su gran sangre tiene mucho poder que ayuda a quitar depresiones, ella te ayudará a quitar de tu pecho y corazón cualquier pena y sentirás que el gozo vuelve a tu vida a través del poder del Salvador.

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Día Segundo

Debemos estar en relación con todo lo que el Supremo creó, con nuestra propia persona y con todos los que nos rodean, como nuestras familias y amigos más cercanos. Como está escrito en la Biblia que, a través de su hijo, quería darnos paz con todo el universo, en la tierra y en el cielo, logrando la paz gracias a la sangre derramada en la cruz.

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Día Tercero

Tal y como se mencionó en el extracto bíblico de 1 Juan 1,7: “Si todos vivimos en claridad, así como Dios está en la luz, estaremos toda una vida unidos por la Sangre de Cristo, quien vino al mundo para purificarlo del pecado”. Por lo que, nos solicita que debemos aceptar el perdón de nuestro males.

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Día Cuarto

Hebreos 9, 13-14: «La sangre de cabras y toros y las cenizas de la ternera se lleva a cabo para depurar las almas de los indignos externamente, pero seguramente la Sangre de Cristo, ofrecida al Todopoderoso, purificará nuestro interior, para que le glorifiquemos.

¿Cuánto será el poder estimado en la Sangre de Cristo para lograr esta misma tarea? Cristo se ofreció por un noble sacrificio que permitió la salvación de todos los hombres del mundo. Su sangre limpió nuestras conciencias, para aceptar que la muerte es un proceso generoso que conduce a otra vida «.

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Día Quinto

Apocalipsis 5.9: «El día que fuiste sacrificado al punto de derramar sangre en la cruz, ganaste el respeto de las naciones».

Apocalipsis 1.5: “Jesucristo es el testigo de la resurrección, porque fue el primero en hacerlo tres días después de que se efectuó su crucifixión. Ahora él tiene control sobre el reino de la tierra. Con el derramamiento de su sangre, Cristo nos ha amado e incluso ha perdonado los pecados».

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Día Sexto

Abrir las puertas de nuestro gran Señor de esta manera en nuestras vidas es una señal clara de que somos bendecidos y estamos en victoria para siempre. Como dice en las secciones bíblicas: «Ahora, hermanos, por el poder de esta sangre podemos entrar al santuario sin temor».

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Día Séptimo

Pedir para que se acaben las situaciones difíciles que tengas, requiere aceptar que esta maravillosa sangre puede alejar todos tus males. Según las escrituras: «Ese día, el terrible dragón fue expulsado, el que atacó ferozmente en forma de serpiente. Él, siendo el demonio, logró seducir a casi todos. Cuando los seres malignos estaban en la tierra, se escuchó una voz en el cielo exclamar: ¡La salvación ha llegado! Entonces, el demonio fue expulsado para que las obras de Dios pudieran ser notadas».

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Día Octavo

Las escrituras sagradas indican que desde la antigüedad la sangre protege, en el caso del cordero pascual, se dice que por fe Moisés celebró la Pascua y ordenó que las puertas se marcaran con sangre para que la muerte no tocara al hijo mayor de ningún Israelita, por lo que la sangre fue la señal para que no les pasara a ellos.

Tenemos la sangre de Jesucristo en nuestros regazos, pero pocos entienden el valor de la misma, muy pocos saben cómo usarla para protegerse a sí mismos y todo lo que les pertenece, hemos aprendido a usar esa sangre para nuestro beneficio y protección.

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Día Noveno

Con la Eucaristía, recordamos a nuestro Señor en la última cena, en la cual “les dijo a sus seguidores las siguientes palabras: todos coman y beban, porque este es mi cuerpo y mi sangre, sangre que será derramada por todos ustedes, para el perdón de sus culpas, confirmándose así el pacto».

Mi Señor, que eres Supremo y un verdadero individuo, que te has convertido en un hombre para darnos nuestra liberación y que has venido a decirnos que a través de tu sangre sellamos el pacto con el que serás derramado por muchos para perdonar los males.

Hoy vengo a ti para sellar mi vida personal, todas las cosas que me pertenecen y todo lo que me rodea. Yo (mencionar tu nombre) sello la salvación de mi persona con la hermosa Sangre de Cristo, para que todos mis afectos pudieran ser cubiertos. Yo (mencionar tu nombre) sello mi corazón para que no entren entidades de resentimiento, miedo, tristeza o amargura.

Yo (diga su nombre completo) sello todas las preocupaciones que tengo para asegurarme de obtener las respuestas a todas mis necesidades. Yo (digo su nombre completo) sello mi propio deseo de estar siempre dispuesto a hacer el bien que quiero y no desear el mal que no quiero para mi propia vida.

Yo (mencionar su nombre) sello toda mi mente, para que solo entren los pensamientos positivos y bonitos, llevándome a tener alegría, paz, felicidad y para que mi forma de pensar y mi forma de vida puedan cambiar, hacia una manera digna de tu mirada gran Señor.

Yo (diga su nombre) a través de la justa sangre tuya, sello todo mi cuerpo, para que solo tenga salud y energía, para protegerme de todo mal, de enfermedades, peligros, traiciones, adulterio y cualquier tipo de accidente.

Yo (mencioné el nombre) sello con la linda sangre que derramaste a lo largo de mi vida pasada, para poder sanar cualquier herida que todavía me cause daño o dolor y que pueda sanar a través de la bendita sangre de Nuestro amado Señor.

También sello mi día para que todo lo que hago esté cubierto por la sangre protectora del Mesías. De la misma manera, sello mi futuro para que todos los planes y empresas que quiero implementar estén protegidos de todo ataque macabro e influencia del demonio.

Yo solicito la poderosa Sangre de Cristo a toda mi familia, mis seres queridos y mis grandes amigos (puedes decir sus nombres) para que estén bajo su protección. Protege todas mis finanzas para que solo tengan abundancia, y que tu bendiciones salpiquen mi vida, por eso también pido por mis deudas, para que a través de tu ayuda salga de ellas y desaparezcan.

Cierro mi boca para que solo salgan bendiciones y mis oídos solo puedan escuchar la voz de Dios. Señor, que la sangre sólida de tu hijo me cubra y me proteja cuando mis enemigos se acerquen a mí y que, al invocar tu nombre, puedan ser derrotados y alejados de mí.

Oh misericordioso Cristo, tú que venciste la muerte y te llenaste de gloria. Tienes un gran poder desde el momento en que sufriste en la cruz. Impide que pase hambre y tenga otras deficiencias, porque mis necesidades están cubiertas con la Sangre de Cristo. Tu sangre tiene fuerza, porque ha calmado todo mi ser. La sangre redime y protege a todos los miembros de mi familia del mal y la miseria.

Dame, oh querido Mesías, tu sangre derramada por nosotros. Señor, deseo cubrirme hasta obtener muchas victorias en tu nombre. Que la fuerza opresiva que intenta lastimarme se selle para siempre, hasta que mi calma regrese con este fluido bendito que corresponde a la salvación. Tu sangre nos ha liberado para validar nuestras promesas cristianas.

Oración Final

Una vez pronunciadas las palabras y oraciones de cada uno de los días, se debe finalizar con una oración de culminación para la Novena a la Sangre de Cristo, la cual es muy sencilla de recitar y de aprender. Recuerde también concluir con un Padre Nuestro, un Avemaría, un Gloria y un Credo. A continuación, mencionaremos las poderosas palabras finales de este hermoso ritual de nueve días.

Te agradezco, Señor, que por tu Sangre me has hecho invisible y me has preservado de todo mal, glorificado por miles de años seas por toda la humanidad, mi Señor, porque a través de tu sangre de redención me has purificado y protegido. Amén.

Algunos Relatos

A continuación, se mencionan una serie de relatos de individuos que en situaciones complicadas no vieron mayor alternativa que acudir al poder de la oración y pedirle al gran Señor Jesús que los bañe con su sangre a través de esta gran novena que se le dedica.

Libardo relató que no creía que la Sangre de Cristo tenía tanto poder y que un día, cuando él presentó graves problemas de depresión que lo llevó a querer morirse, pero fue tal su desesperación que le imploró al maravilloso líquido rojo de Cristo, para que este lo cubriera, y el resultado fue sorprendente, porque percibió como si le estuvieran arrancando algo del pecho y de repente se calmó su desesperación y sintió como se llenó de alegría, y desde entonces su vida se transformó.

Maritza contó que estaba pasando momentos muy difíciles, por su forma de ser, ya que todo el tiempo estaba muy molesta, peleaba y tenía mucho odio en su corazón. Un día en una oración invocó la Sangre de Cristo para purificar su corazón y descubrió que el poder de la sangre hizo que ella pudiera perdonar a una persona que lo había lastimado mucho y que gracias a esto a partir de ese momento su interior se llenó de paz.

Rocío siempre se sintió incomprendida por Dios, y decía que tal vez él la abandonaría debido a las desgracias que le sucedieron en su vida. Ella se creía indigna de Dios y, por lo tanto, no estableció una conexión espiritual con él, y no había querido recibir el sacramento de la comunión ya que no se consideraba merecedora de esto.

Sin dejar su error, Rocío tomó la Biblia hasta que encontró el verso de Juan, hasta que él cambió su vida para siempre. En ese momento, ella entendió que el Supremo es una gran fuente de amor y que la Sangre de Cristo es un gran recurso protector que resuelve terribles daños, siempre y cuando lo busquen con gran fe. Por ese torrente, se sintió perdonada y, sobre todo, merecía ser considerada la hija del Omnipresente.

Después de tener una larga carrera sin seguir ningún sacramento, para ser exactos, Rocío fue a la iglesia más cercana a confesarse. Este acto la condujo por un camino hacia la paz interior y el bienestar que nunca antes había experimentado.

Eloisa es una testigo importante para verificar que la Sangre de Cristo es de hecho un elemento que supera el poder. Su esposo se emborrachaba todos los días en un bar y al llegar a casa, la mujer era sometida a violencia doméstica en varias ocasiones. Ella soñaba con abandonarlo para no sufrir más, pero un consejero que se le acercó le recomendó que cada vez que estuviera amenazada por su compañero le hiciera unas súplicas a la Sangre de Cristo.

Una noche, cuando su esposo llegó borracho e intentó lastimarla, ella recordó las recomendaciones que le habían hecho y enseguida pronunció tan extraordinarias palabras, como lo es «Sangre de Cristo, siempre cúbreme». Lo sorprendente del caso es que el hombre no pudo golpearla y por el contrario se agredió el mismo.

Efraín más nunca trató de agredir a su esposa. Por su parte, Eloísa en una situación de riesgo siempre rogaba «Sangre de Cristo, siempre protégeme», hasta que se sintiera más segura que antes.

Claudia fue víctima de adulterio cuando su esposo de varios años la dejó para irse con otra mujer, dejándola devastada y con gran tristeza en su alma. Ella transformó su personalidad hasta que sintió un profundo resentimiento contra él y su amante.

Ella, sin malicia, comenzó a sellar a su esposo y a su amante con la sangre poderosa. En unos pocos meses, su esposo terminó su relación adúltera, hasta el punto que él regresó a su casa sumiso y complaciente, por lo que esa relación extramarital terminó por completo.

Alicia desde hace mucho tiempo tenía la idea equivocada en cuanto a que las buenas personas solo recibían infinitas bendiciones de Dios. Un día, su percepción comenzó a cambiar cuando siguió de cerca una lectura sobre la Sangre de Cristo.

Ella entendió finalmente que el líquido derramado es una señal para el perdón de los pecados. Más tarde, comenzó una novena a la Sangre de Cristo, hasta que su vida dio un giro inesperado para siempre. Nunca tuvo miedo y nunca volvió a tener miedo de sus decisiones.

Rodolfo dijo que en su casa estaban pasando penurias, las cosas iban de mal en peor todos los días. Comenzó a hacer la oración de sellado en diferentes lugares de su hogar y todo mejoró, ya no peleaban, estaban en paz, encontraron trabajo y los bienes que tenían funcionaban bien. Gracias al poder de la Sangre de Cristo toda mala influencia fue expulsada de su vivienda. Ahora él y su familia asisten y están comprometidos con la iglesia.

Rosmary dijo que no sabía que la Sangre de Cristo protegía las cosas que eran selladas por las personas, por lo que un día pensó en este pasaje bíblico y reflexionó que si solo con la sangre de un animal el Todopoderoso protegió a las personas que con fe sellaron su casa con la sangre del cordero y el espíritu maligno pasó de largo, cuanto más poder tiene la sangre verdadera de Jesús para protegernos de cualquier influencia del mal.

Así que ella comenzó a sellar todos los días su negocio y las personas que trabajaban allí, y para su sorpresa, las ventas aumentaron gradualmente y en el vecindario es el único negocio que permanece lleno.

En la ciudad de Italia, un sacerdote no estaba convencido del poder de la Sangre de Cristo y en pleno acto litúrgico, la hostia que sostenía en su mano se convirtió en un pedazo de carne; al igual que el vino, en sangre. Los analistas científicos concluyeron que ninguno de los habitantes de ese lugar tenía ese tipo de sangre, cuando se tomaba como pura y sin igual.

Mensaje Final

Cúbrete y protégete siempre con la Sangre de Cristo e incluye en estas plegarias a tus familiares, amigos y demás personas, objetos, bienes y lugares que quieras sellar. Recuerda que todos somos hijos de Dios y él quiere que estemos unidos, por lo que es importante que le dediquemos un tiempo de oración diaria y que mejor que rezar la Novena a la Sangre de Cristo, para ello, recuerda que solo tienes que hacerlo con mucha fe y repetirla cada vez quieras o tengas una situación complicada.

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